jueves, 5 de marzo de 2009

El Gasolinero

He tenido la enorme fortuna de asistir en dos ocasiones a sendas ponencias de Luis Galindo Olivera, ambas muy similares trataban sobre la Motivación a través del Optimismo inteligente.

La primera vez recuerdo que, como en algunas películas, me hizo llorar y me hizo reir. Tuve la suerte de poder repetir, cosa entiendo no muy habitual, y en esta segunda ocasión pude reflexionar con sus palabras de un modo más sereno.

Luis viene a contarnos que la motivación la tenemos dentro. Somos dueños de nuestros actos, y por tanto cada día al levantarnos elegimos nuestro estado de ánimo, consciente o incoscientemente. Es frecuente encontrarse con compañeros que te dicen que se sienten desmotivados en el trabajo, que han perdido la ilusión, y no se dan cuenta que ellos mismos están destruyendo la ilusión en sus colaboradores.
Viene a decir, que debemos preocuparnos de regar nuestro jardín y dejar de mirar al jardin del vecino. Como responsables de un grupo de personas, somos los únicos que podemos motivar a nuestro equipo.

¿Qué perseguimos como personas en el trabajo?

En sus ponencias Luis Galindo hace lo siguiente: Pide que en un papel escribamos el nombre de nuestros 5 colaboradores más cercanos, aquellos de mayor confianza. A continuación, debemos anotar cuantos hijos tienen y cómo se llaman. A continuación, cual es su hobby preferido.Y finalmente cual es su máxima preocupación en estos momentos fuera del trabajo.
A esto Luis le llama echar Gasolina, y por tanto debemos convertirnos en Gasolineros.
Si no somos capaces de responder a esas preguntas, es que no estamos dándoles Gasolina.
Por tanto como responsables nos debemos exigir algo más, les debemos nuestro tiempo a nuestros colaboradores. Según vayamos creando lazos emocionales sinceros, estaremos creando compromiso y motivación para con los objetivos.
Al fin y al cabo, somos libres de elegir lo que hacemos. Pero cuando sentimos una correspondencia sincera más allá de las actividades del trabajo, indirectamente estamos teniendo una deuda para con nuestro equipo.
!Pero ojo! No caigamos en la torpeza del manipulador.
Nada más lejos, como he dicho, la sinceridad es la clave, al igual que en cualquier relación. Mantener esta actitud de manera forzada y falsa nunca nos llevará lejos, porque a corto plazo se desvelará.
Pero hecho de manera sincera, creamos confianza y compromiso real.
Al fin y al cabo volvemos al liderazgo. Exige como nunca antes nadie les haya exigido, y dales lo que nunca antes nadie les haya dado.

Quiero terminar con una cita de Winston Churchill:
«El pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; el optimista ve la oportunidad en cada dificultad»

Con mucho respeto para el gran Luis Galindo.

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